Estas piezas de la serie "Habitar el cuerpo" fusionan la naturaleza líquida del agua y la esencia de la feminidad, manifestándose como una forma de estar en el mundo: intuitiva, cíclica, receptiva.

Me interesa el vestigio que deja la ola al retirarse de la orilla. Cuando el agua se desnuda, como una caricia efímera, borrando parcialmente la piel del mundo y dejando entrever un cuerpo en movimiento: un cauce, un río.

El agua, para mí, guía, transforma y revela. Susurra incansable, erudita.

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